Querido lector, cuando escucho las acciones que con tanta valentía hacen personas como las madres que hemos tenido el honor de disfrutar en este programa, no me queda otra opción que pensar que aún hay esperanza.
Es cierto que, como fácilmente apreciamos a nuestro alrededor, la inmensa mayoría de los padres no son conscientes de que a sus hijos los están adoctrinando, sin embargo, la cruda y triste realidad es que ese continuo goteo de ideologías y mentiras en la mente de los niños, no es algo que percibamos un puñado de conspiranoicos, que no tengamos otra cosa que hacer que imaginar cosas raras. Es algo real, tan real como que se está llevando por delante vidas de niños que se han visto atrapados por los colectivos del género convirtiéndolos en futuros adultos infelices.
Son niños que aprenden a despreciar su identidad sexual, a atacar los orígenes de su cultura, de su civilización, que están siendo arrastrados hacia el menosprecio de la vida humana y de la dignidad inherente de las personas. Niños que se encuentran a la deriva si nadie les ayuda.
Sí, lo sé, querido lector, somos muy pocos, pero más allá de las barreras continentales, más allá de la distancia, estamos unidos bajo un mismo objetivo, sabedores de que tenemos una gran misión que llevar a cabo. Unos en Colombia, otros en España, o en cualquier rincón del mundo, vamos todos en el mismo barco, hacia el mismo puerto.
Sí, querido lector, aún hay esperanza. Aristóteles decía que
“la esperanza es el sueño del hombre despierto”.
Y nosotros, los miembros de la Asociación ECA, así como los de la Comunidad de Padres Con la Verdad Colombia estamos muy despiertos, vemos más allá de lo que nos muestran los medios de comunicación convencionales, advertimos sus engaños. Somos una generación que sabe lo que es el esfuerzo, la integridad, la valentía, y no nos vamos a dejar arrastrar por esos que quieren destruir la infancia, la familia, la vida humana… Estamos despiertos porque estudiamos, nos informamos, investigamos y seguiremos haciéndolo. Estamos despiertos porque no tenemos miedo, porque tenemos a UNO en los Cielos que nos defiende en la batalla.
Algún día podremos contemplar un nuevo amanecer donde el bien y la verdad triunfen, soñamos con eso, si, querido lector, algún día… mientras tanto, seguiremos luchando para que eso sea posible, por ellos, por los más indefensos, porque… SON NUESTROS HIJOS
Un saludo y hasta la próxima cita:
Alicia Beatriz Montes Ferrer
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