Los hijos son el mayor tesoro que uno pueda tener, por ellos los padres nos sacrificamos y hacemos cosas impensables antes de tenerlos, eso se debe, querido lector, al amor que sentimos hacia ellos. Por esto, cuando en una familia falta el verdadero amor que debería entregarse hacia ellos, las heridas afectivas hacen mucho daño y quedan grabados en sus almas.

Decía Mahatma Gandi que no hay escuela igual que un hogar decente y no hay maestro igual a un padre virtuoso

La virtud principal que es capaz de sostener todas las demás es la del amor. Palabra tan vaciada de su verdadero sentido hoy en día y que con tanta urgencia es necesario que se transmita con su verdad. Los niños están siendo presa de una sociedad en la que se ensalzan valores vacíos como la búsqueda del poder y el bienestar sin el más mínimo esfuerzo por entregarse a los demás. Y esto es precisamente lo que supone ser padres: esfuerzo y sacrificio.

Nuestro querido invitado de este programa Raúl, sabe bien de lo que hablo, porque su vida gira entorno a esa familia que está construyendo y hacia la que entrega su día a día con dedicación, esfuerzo y constancia. Y todo esto incluye, como pregonamos los miembros de ECA incansablemente, que se les preserve y proteja de todas esas ideologías que les están llenando sus cabecitas de mentiras con consecuencias para ellos terribles e incluso irreversibles.

Porque el adoctrinamiento, querido lector, es todo lo contrario a lo que unos buenos educadores, lo cual incluye a padres y docentes, pretendemos hacer con los menores. Lo más cómodo podrá parecer dejarse llevar por lo que otros dicen o piensan, se evitan así, ciertamente, bastantes enfrentamientos y calentamientos de cabeza, sin embargo, las consecuencias de esta dejadez para el futuro se pagarán muy caras. Permanecer callados ante las mentiras que les enseñan a los hijos sobre la historia, sobre su sexualidad o sobre cualquier otro tema que atente contra la verdad, es un acto cruel hacia los menores. Por esto Cicerón afirmó que “la verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio”.

Y por esto, ni personas como Raúl, el murciano que está muy encabronao por tantas mentiras que se pronuncian con descaro, ni nosotros, los miembros de ECA, vamos a permanecer en silencio observando aterrados el daño que están haciendo a los menores. Lo hacemos y lo seguiremos haciendo por ellos, porque… SON NUESTROS HIJOS.

Un saludo y hasta la próxima cita:

Alicia Beatriz Montes Ferrer

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