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La verdad de la República española. Con D. Alberto Bárcena

Entrevista realizada al profesor Dr. D. Alberto Bárcena en el programa de radio de la Asociación ECA: SON NUESTROS HIJOS, de la emisora Multicanal Radio. Hablamos sobre la manera en cómo falsean la verdad de la historia a los alumnos.

Transcribimos aquí parte de la entrevista sobre lo que sucedió realmente en la II República.

Pregunta:

Don Alberto, ¿es posible que se pueda hablar de la verdad de la historia en las aulas? ¿Existe un planteamiento qué es totalitario o por el contrario el verdadero totalitarismo sería el relativismo adoctrinador con el que se pretende formar a nuestros alumnos?

Respuesta D. Alberto:

Que es la verdad es un objetivo que debería perseguir nuestras vidas, la defensa de la verdad en todos los campos, y, por supuesto, en el de la historia también. El historiador lo que tiene que hacer, dentro del rigor académico, es relatar la historia, investigar sobre ella y darla conocer, pero claro, esto es precisamente lo que estos gobiernos de ingenieros sociales no quieren de ninguna manera.

Por eso eliminan toda la historia que no les interese a ellos, por ejemplo, para centrarse en la legitimación de las dos repúblicas, concretamente de la segunda. Con esos 5 años de historia, nefasta, por cierto, disolvente, violenta y que acaba con una guerra civil, es en lo que se han centrado para tratar de contarnos un relato en el que sustentan lo que ellos defienden ahora.

¿Cómo no van a querer eliminar el franquismo y todo su legado si precisamente el alzamiento nacional tiene lugar por parte de un grupo de militares que están defendiendo, entre otras cosas, las creencias del pueblo español mayoritariamente católico todavía en aquel momento?

Había ya una persecución clara y abierta contra la iglesia desde el mismo año 1931.

Todo eso no les interesa que aparezca: la reacción contra la persecución a la iglesia y a las creencias de los católicos no va aparecer, y si aparece únicamente es para ser condenada en bloque.

La verdad de la historia es explicar qué pasó en la República, pero contarlo de verdad, de qué manera fueron atropellados los derechos y las libertades de los católicos, de la iglesia jerárquica de la iglesia. Hablo de clérigos y laicos y de la mayor parte del pueblo español, con ellos fueron atropellados esos derechos violentamente. Además, y no olvidemos, que todo esto acaba con un brutal genocidio católico durante la guerra civil donde son eliminados miles de sacerdotes religiosos, monjas también, llegando a un número cercano a los 7.000, que no está nada mal para un periodo de 3 años teniendo en cuenta que controlaron únicamente la mitad del territorio español.

¿Qué buscaban con la eliminación del clero y de tantos miles de católicos qué fueron asesinados por su fe?

Esta parte no la van a explicar, aunque claro, tienen que acallar muchas voces, porque es un tema que se ha investigado a fondo en los últimos años de manera especial.

La verdad, en definitiva, hay que buscarla siempre y defenderla siempre. Entonces si nos quieren contar o defender a la República, y presentarnos como logros algunos de los actos de atropello contra estas libertades, que lo intenten, pero que lo cuenten todo: las leyes de persecución, empezando por la constitución del 31 que ya va preparando la ley de congregaciones religiosas para dar el golpe mortal a la enseñanza católica, y de hecho, a las órdenes y al propio clero. La iglesia quedaba condenada con esta ley de congregaciones religiosas del 33 prácticamente a la extinción en un medio plazo.

Eso no lo van a contar, ni tampoco la quema de conventos de Madrid ya en el año 31, es decir, recién llegada la República, al mes de llegar la República en la capital de España, y permitida por el propio gobierno republicano, que no actuó durante horas hasta que ya por la tarde tuvo que declarar en Madrid el estado de guerra a la vista de lo que estaba ocurriendo. Habían ardido ya edificios religiosos, claro, solamente religiosos, colegios, Iglesias, edificios de las órdenes donde, por cierto, se desarrollaba una muy importante labor social, como es el ejemplo del colegio de la Salle de los hermanos de las Salle en Cuatro Caminos, donde recibían enseñanza los niños de aquellas barriadas obreras del barrio de Tetuán. No se movieron, el propio Azaña amenazó y dijo que, si salía la fuerza a la calle, le dijo al ministro de la gobernación Miguel Maura, que él presentaba su dimisión inmediatamente, siendo como era ya un hombre fuerte del régimen republicano.

Si tenemos esto en cuenta y cómo acabó todo finalmente, aparte de las leyes contra la iglesia, la matanza que acabo de explicar, el genocidio católico de la guerra civil, pues entonces quizá vayamos entendiendo más o mejor, que la República no es ese régimen de libertades y de igualdad entre españoles que nos quieren describir, porque fue un régimen de persecución.

Alberto Bárcena Pérez


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